miércoles, 3 de marzo de 2010

El Caldero Suburbano II

Los diagnósticos, pueden ser válidos, pero si no se intenta una propuesta superadora, quedamos atrapados por la resignación.. Por eso retomamos el tema del conurbano haciendo un esfuerzo por buscar una salida a lo que a todas luces es insostenible.
Hablábamos de una lógica de acumulación política electoralista de los partidos como la base fundante del desarrollo irracional del Area Metropolitana de Buenos Aires e inmediatamente la realidad de la pandemia de influenza H1N1 corroboró cómo los intereses electoralistas pueden más que la urgencia de salvar vidas. Los medios de comunicación , primero se desentendieron, y luego cargaron sobre el oficialismo, toda clase de acusaciones buenas y mal intencionadas, estando ellos mismos involucrados en el juego electoral. Contingencias que tienen la virtud de poner a la luz del sol las crueles verdades que tanto trabajo da para ocultarlas. Ya habíamos visto la experiencia en Tartagal, cuando, se esperó que murieran 14 personas para reglamentar la ley Bonasso de Protección de los bosques como una demostración clara que los intereses de lucro y de poder están por encima de la vida de las personas que sólo participan como electores en la nunca bien ponderada democracia. Si otra es la participación, como por ejemplo, haciéndose oír cortando rutas, esa es una actitud salvaje, que nada tiene que ver con la democracia, que ellos tan bien saben defender con su florida retórica leguleya. En la provincia de Buenos Aires, hay otro caso emblemático. Hace nueve años se inició una causa judicial en Monte Grande debido a las sospechas que el agua que consumían sus vecinos estaba contaminada.
El juez que intervino en la causa dispuso los peritajes de rigor a la universidad de la Matanza, resultando que efectivamente el agua estaba contaminada, oh sorpresa, con uranio, producto de las falencias en los depósitos de residuos del Centro Atómico de Ezeiza. Los testimonios de los médicos de la zona y del Hospital de Monte Grande son abundantes en la descripción de casos de cáncer gastrointestinal, poniendo de relieve los numerosísimos casos constatados, que superan llamativamente la cantidad si se compara con otras zonas del conurbano. El centro atómico dispuso otra pericia que dio como resultado que los niveles de uranio presentes en el agua eran tolerables para el consumo humano. El juez Santa Marina encargó otra pericia, esta vez a un laboratorio Español, presupuestando el trabajo en 1,2 millones de pesos. Después de un año ,logró que la Magistratura liberara los fondos. Encargó, entonces, la coordinación del estudio a gendarmería y le pidió a Cancillería que hiciera las gestiones ante los Españoles. Pero esta pericia no se hace porque, según el juez Meza de gendarmería, la Cancillería no logra “aceitar” los lazos con el laboratorio Español por la firma del convenio. Conclusión: la causa está estancada.
De comprobarse que el agua está contaminada, la solución sería llevar agua de otros lugares para los vecinos de San Vicente, Esteban Echeverría y Ezeiza. Una obra, sin duda, faraónica de incalculable inversión. No hay nadie que asuma políticamente ésta contingencia ni la necesidad más antigua todavía de preservar con obras la salubridad de las aguas que trae la cuenca hídrica subterránea del Puelche. Dada éstas circunstancias, qué deberíamos plantearnos, sabiendo que no hay soluciones a corto plazo?
Proponemos ver la problemática del megadesarrollo del Area Metropolitana de Buenos Aires como una parte del desarrollo desigual e injusto de la Argentina toda. Durante el siglo XIX el conjunto de las provincias se debatieron con Buenos Aires ciudad puerto, del cual surgieron dos líneas posibles a seguir. Una de ellas, representada en la postura de José Artigas, proponía construir un país de unión entre iguales, renunciando así cada una de las partes (Buenos Aires, especialmente) al sometimiento de uno sobre los otros .La otra línea, que ganó, levantó la idea de construir una nación sobre la base de Buenos Aires-puerto. En definitiva la Argentina nació a favor o en contra, pero siempre por Buenos Aires. Sobre este modelo piramidal se va gestando la concentración demográfica de Buenos Aires-puerto . La inmensa masa de población es la base material donde la lógica de acumulación política electoral tendrá su principal cliente. En consecuencia, lo que observamos como no sustentable para el Area Metropolitana también lo es para el “interior”. El caso del transporte ferroviario es emblemático porque su desmantelamiento deviene de intereses porteños enunciados como intereses nacionales en detrimento del “interior” como si fuera otro país. El desarrollo de todas las provincias en pié de igualdad con Buenos Aires-puerto es la llave para hacer sustentable la vida en el mega-conurbano.
Por eso planteamos refundar la república. Pero también somos concientes que a ese objetivo estratégico hay que sumarle respuestas a urgencias que no pueden esperar. Sacar de la pobreza a 13 millones de compatriotas es una decisión política absolutamente posible.
Argentina tiene los recursos. El nuestro es un Estado que fue hecho y que sobre todo en las últimas décadas, fue ajustado a la medida de los intereses de las clases dominantes, sin atender con todos los recursos necesarios las políticas públicas en Salud, Educación, Seguridad Social, Justicia y Vivienda. Su política hegemónica se ve traducida en el saqueo de nuestros recursos naturales, polarización de la riqueza y exclusión social, sustentada en el individualismo egoísta, un consumismo obsceno y el lucro como objetivo esencial que legitima la corrupción así como los negocios privados con bienes públicos, junto al desprecio por los valores solidarios y los sectores sociales desposeídos.
En el Area Metropolitana, como en un escenario, se implementan obras cuyo destino es la foto para la campaña más que responder a las necesidades de la población. Por el contrario el perfil de inversión tiene que ver con las necesidades de capitales en busca de rápida rentabilidad. La especulación inmobiliaria con mega proyectos como la extensión de puerto Madero y la paralización de un nuevo y necesario mercado central en el partido de San Vicente son una muestra elocuente. Se entragan en concesión terrenos fiscales como a las empresas ALL y Peugeot a bajísimos costos , mientras los planes de vivienda se entregan en cuentagotas. La lista de ejemplos puede ser interminable. Los vecinos deben pelear por cada metro cuadrado de espacio verde. El hacinamiento y la violencia social que más sufren los desprotegidos se profundiza al cargarle sobre sus espaldas el 21% de impuestos sobre todo lo que consumen, financiando el crecimiento económico del sector privilegiado minoritario.
Mientras se sigue en éste camino de centralización, hacia la ciudad-puerto, se hacen más difíciles las soluciones, peor aún, se emparcha, improvisando la gestión, resulta de lo cual
la calidad de vida va en un sentido de progresivo deterioro. Los profesionales de la salud, al ser consultados sobre las características de los cuadros sintomáticos, de los pacientes que reciben, coinciden en que el 75% tiene origen en el stress y en el impacto de las condiciones del medio ambiente. Conformamos una sociedad que enferma. Tenemos uno de los mayores índices de consumo de drogas legales en el mundo. Es el fruto de estrategias de supervivencia basadas en el intento fallido de adaptarnos a una sociedad que crece en desigualdad e injusticia.
Es posible que no haya soluciones inmediatas para éste “progreso” que nos han impuesto, pero sí podemos terminar con la cultura de la derrota y la resignación. Si vencemos ésta primera condición se abre un camino de oportunidad histórica para recuperar esa línea política que proponía el desarrollo de una federación soldada en vínculos de unión y equidad en todo el territorio de nuestra patria. Nuestro progreso será el de reconocer lo que nos une, motivados por el espíritu solidario, aferrándonos a nuestros ideales de justicia, que continúan siendo irrefutables y que por vergüenza no se atreven a rechazar. No es una utopía, ni un lujo del espíritu, ni nos paramos en ella como un rapto romántico de rebeldía estética. Es la certeza de nuestra debilidad, pero no la debilidad de nuestras certezas.

PABLO LANZA

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